viernes, 28 de diciembre de 2007

ando

Siempre que me estoy olvidando, ocurre un suceso por completo brutal que anula el "ando" y me hace retornar al estado anterior de la acción de haciendo (én diminutivo podría ser: "ando", "endo").
Del trayecto bañadera - cama, en bata, pienso en vos de tres maneras diferentes, en proporción a los tres metros que separan el baño de mi cuarto.
Ya en la cama, y entablando un vínculo de distancia entre el ventilador y yo, me abrazo a una de las dos almohadas para neutralizar la descarga dañina de ciertas imágenes que iba olvidando y que de repente regresan con un golpe de ventilación.
Me hace frío en los pies pero sobre el pecho transpiro. En la tele bombardean las playas. Si me tomara vacaciones, en nada me ayudaría. Hago una operación matemática para determinar cuántas veces me he olvidado y cuántas veces te he recordado. Estoy segura del resultado, pero aun así, elevo las manos sobre mis ojos y separo bien los dedos para no confundirme uno con el otro.
En los pies tengo mucho frío y sin embargo transpiro sobre el pecho.
En la vereda, una moto encendida no acelera.
A pesar que la siento a lo lejos, no acelera. Trato de contar todas las veces, todas.

jueves, 27 de diciembre de 2007

$ 1.000.000



Como decirlo.
Si no quiero ni pasar al lado.
Hasta cuanto estamos dispuestos a perder por ganar centavos.

En el casino me fue bien, gané $1.000.000 y lo estoy gastando a lo grande.

Alquilé una lancha y me fui al Cadillal, una camioneta y de golpe, alta montaña.

Alquilé un galpón en donde voy guardando los regalos que no te puedo dar.

En un auto muy rápido saldré de Tucumán y espero no agarrar ningún bache.

martes, 25 de diciembre de 2007

la leyenda del espacio



Soplar sobre la flamígera piel sin llamar la atención.

Preocuparse en avenidas.

Un beso entregado en pago por ínfimas (y por ello más significativas) atenciones.

Y siempre ocupar los no-lugares donde está.

Si me diste la espalda
justo cuando te necesité,
ahora ya no tiene importancia

ahora existen mil demonios
ocupando tu lugar.

Algunas cosas nunca cambian

y otras tienen que cambiar

para hacernos sitio

que podamos respirar.


No siento en la vida nada más

que estar hecho de un solo metal

y que tú estés hecha de tantos metales,

no lamento nada más.

(Los Planetas – Si Me Diste La Espalda)

viernes, 21 de diciembre de 2007

Mother & Son Blues



Un curioso fenómeno generacional se registra cada domingo en mi hogar. Mientras yo me arrastro por las baldosas de la cocina, intentando recuperar mi primigenia forma humana, buscando desesperadamente que mis piernas y mi cerebro funcionen, mi madre recorre la casa como si le hubiesen hecho un regalo de cumpleaños.
Feliz como un gorrión en libertad, se dedica a arreglar aquel ficus olvidado que crece en el fondo, a leer algún oscuro libro, a acomodar sus planillas o tomar un café con amigas. El domingo actúa sobre su química mental-corporal de una manera diametralmente opuesta a la que me afecta cada Día Del Señor.

Madre: ¿Adonde vas?
Yo: Y, me voy por ahí, no se. A cualquier lado con tal de huir del domingo en casa.
M: Ooooh, ¿porque? ¿Que tiene de malo el domingo? Es una maravilla!
Y: El domingo es terrible, mamá, es el día de la muerte. Uno se levanta y ya siente el peso del cuerpo como un ancla, la tristeza que se asienta en los hombros.
M: No seas exagerado! El domingo es fantástico, uno no tiene nada que hacer, se puede levantar tarde, se dedica a lo que quiere todo el día sin tener que responder a nadie.
Y: JUSTAMENTE! Uno no tiene nada que hacer, comienza a pensar, se acuerda de las cosas horribles que hizo el fin de semana y se imagina las peores que hará en el futuro. Es una ley natural, como las mareas, todos nosotros nos deprimimos el domingo.
M: Ustedes porque se dan manija entre si! Tus amigos y vos se hacen la cabeza con que el domingo es triste solamente para tener otra excusa para verse.
Y: Ummm, no, no, no creo. Yo lo siento como algo natural, te digo, me levanto y ya mi cuerpo y mi mente saben que es domingo. El lunes a la mañana ya puedo estar optimista y feliz, pero el domingo a la tarde es la muerte.
M: Pffff…

Yo no se que es peor, si la sensación palpable que nos aqueja cada domingo, que ya quisiera que una junta de médicos prestigiosos y mundiales decida que es una aflicción con nombre científico, o la sensación de que el domingo es la liberación, el único espacio propio de la semana, la tranquilidad antes y luego de la tormenta.
De aceptar esta última idea, los domingos se trasmutan para terminar siendo lo mismo de siempre: un espacio gris, vacío, interminablemente igual. Yo no se que ventaja esconde esperar ese momento.
Se parece más a desear con ansias la llegada del desierto que a encontrar un oasis.

jueves, 20 de diciembre de 2007

BRIGADA B


Un comentario despertó en mi la necesidad de formar un grupo, un comando de rescate para los "bultos" que no saben que hacer. Llamo a todos los integrantes de la sociedad que quieran participar. Podríamos comprar una linda camioneta, o un buen helicóptero para llegar muy rápido a donde sea, y una lancha también, o un barco, mejor. Pero por lo pronto, vamos volcando algunos consejos para los desesperados. Se que hay en Tucumán (y en algún "hostel" de Buenos Aires), grandes valores, grandes comandantes que podrían ser muy útiles para esto. NO se hagan los que, que hay mucha gente que los necesita.
Cambio y fuera.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

(dejado abandonado olvidado escupido pisoteado)


Una de las posibilidades de “Estado de bulto” es sentirse un poco resentido, esto se debe a que simplemente el “ser dejado” es el que sufre mas y eso produce un rencor y quizás una sed de venganza hacia la persona amada que abandona como a un trapo sucio sin importarle las consecuencias. Esta canción es muy apropiada para este tipo de circunstancias en donde “ser trapo sucio” (dejado abandonado olvidado escupido pisoteado) logra recuperarse y claro siempre vuelve el dog arrepentido cuando el pobre trapo sucio destella luz y sonrisas.
PD: queridos trapos sucios no se dejen engañar con falsas imitaciones de cariño.



Podría volver
pero no vuelvo por orgullo simplemente
si ya jure nunca volver debes creerme
y si me dices que no puedes olvidarme
en este mundo nadie es indispensable
puedes vivir sin mi igual que yo sin ti
y si me dices que yo soy toda tu vida
y como todo lo que hay vida existe muerte
y yo no quiero ser la muerte para ti
y podes pensar
que me dolió que me negaras que esto es cierto
y como tu comprenderás todo este tiempo
sufrí bastante y pensé nunca volver
y si me dices que sin mi te pones triste
eso tuviste que pensar cuando te fuiste
seguro que por ti ya nada puedo hacer
y si me dices que me quieres y me quieres
y si me pides que regrese que regrese
yo te diré no volveré no volveré
y podrás pensar que me dolió que me dejaras y es muy cierto
y como tu comprenderás todo este tiempo
sufrí bastante y jure nunca volver.

los planetas / contra la ley de la gravedad




viernes, 14 de diciembre de 2007

DON DESTAS AMOR

Tras una larga y exhaustiva investigación el CREB (Centro de Rehabilitación del Estado de Bulto) afirmó que cuando un individuo se encuentre transitando el estado no debe tener contacto con esta canción:

“Donde estas amor, mi gran amor, pregúntale donde estas a mi corazón, partido en dos, deja de ocultarte en el hall, anímate, sube el colchón, donde estas amor. Algo de vos a mi me fascina, me da calor, presiento que algo de vos, a mi me domina, me da color, deja de ocultarte en el hall, compra brillantina y un pelucón, donde estas amor. Yo soy un bicho molesto, te sigo todo el tiempo, cuando salís del video yo siento que me muero. Donde estas amor.”

Queremos aclarar que decidimos no subir el tema, justamente para no correr riesgos de rotura de algún bultistas.
Solo un bultista totalmente recuperado podría volver a tener la dicha de deleitarse con esta maravilla de la música. A las personas que se concedieren que están en esta situación, no tienen más que solicitar la canción y se las haremos llegar. Dejen en el espaciopara comentarios algún tipo de dirección para poder comunicarnos.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Alone Again Or.


“Nunca he visto un hombre con tanta necesidad de que lo quisieran.”
Un antiguo ayudante, 1973.

“Odiaba estar solo. Lo odiaba de verdad. A veces yo entraba en su despacho cuando él estaba solo en su mesa y aunque era evidente que no era a mí a quien quería ver, sus ojos se llenaban de alivio…Tenía una radio pequeñita de bolsillo, un transistor, y a veces oíamos como se lo ponía en su despacho mientras trabajaba a solas. Quería que hubiera un poco de ruido. Que hubiera alguna voz allí con él, hablándole o cantando. Pero no era un hombre triste. No quiero darle esa impresión. Kennedy era un hombre triste. Lyndon solo era un hombre con una gran necesidad. Como daba tanto de sí, quería tener algo para él. Y lo sabía.”
El antiguo investigador Chip Piesker, abril de 1978.

(De
claraciones sobre Lyndon Johnson, 36avo presidente de los Estados Unidos, reproducidas en el cuento de David Foster Wallace, "Lyndon", incluido en La Niña del Pelo Raro)

domingo, 9 de diciembre de 2007

SE DESCUBRE LA CURA PARA EL ESTADO DE BULTO


Hay momentos en el que uno comienza a experimentar este tipo de sensaciones, generalmente por haber tenido algún tipo de desencuentro amoroso con algún ser que uno considera asombroso:

• Euforia anormal o excesiva tratado con interferencia
• Irritabilidad inusual.
• Disminución de la necesidad de dormir.
• Ideas de grandeza.
• Conversación excesiva.
• Pensamientos acelerados.
• Falta del deseo sexual.
• Energía excesivamente incrementada.
• Falta de juicio.
• Comportarse en forma inapropiada en situaciones sociales.

De esta manera comienza a manifestarse el estado de bulto. Hay que tener en cuenta que hay formas de salir de el, pero no aseguramos que no regrese. Generalmente, las personas que alguna vez experimentaron el estado sabrán que si no se busca algún tipo de “actividad”, cual quiera que sea, para evitar que el bulto se incremente, las consecuencias pueden ser terribles.

A continuación podrán leer un artículo donado por el CREB (Centro de Rehabilitación del Estado de Bulto).

El Estado de Bulto y las drogas.

Hay varios tipos de medicamentos anti estado de bulto utilizado para tratar trastornos bultistas. No se ha demostrado que solucionen el problema, sino que más bien lo ocultan, al igual que las drogas convencionales (hachís, marihuana heroína, cocaína, etc. Estos incluyen los "inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina"(ISRS) que son medicamentos nuevos, los tricíclicos y los "inhibidores de la monoaminoxidasa" (IMAO). Los ISRS y otros medicamentos aún más nuevos que afectan los neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, generalmente tienen menos efectos secundarios que los tricíclicos. Algunas veces el “amigo consejero” te hace probar una variedad de anti estado de bulto antes de encontrarse el medicamento o combinación de medicamentos más efectiva. Generalmente la dosis se debe ir aumentando hasta que la medicación es efectiva. Por lo general, el efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se observa inmediatamente. Hay que tomarlo en dosis adecuadas por 3 ó 4 semanas, y en algunos casos lleva hasta 8 semanas, para que se produzca el efecto completo. Sin embargo a veces se empiezan a ver mejorías en las primeras semanas.

Si combinamos este tipo de tratamiento con algo que aún no sabemos bien que puede ser, el estado de bulto parará a ser simplemente una pequeña molestia en nuestro vivir. Mientras tanto no tenemos ningún tipo de consejo mejor para dar.

Hoy me fui a acostar a las 8 de la mañana y me tome ¼ de ribotril para ver si algo paraba, si algo disminuía el gran estado de bulto que portaba. Solo quería dormir. Pero eso no esta permitido para los comienzos del estado: nunca hay que intentar dormir, por que los sueños, sueños son, pero para un abultado, soñar es casi o más nocivo que vivir la situación real que pudo haber provocado dicho estado.

10 Cosas A Evitar Si Uno Quiere Sobrevivir Al Domingo.



1. Parientes mayores que de lo único que hablan es sobre otros parientes que nunca conociste, conociste una vez en la fiesta de cumpleaños de tu primo segundo y no recordás o están muertos hace 10 años.
2. Parques públicos atestados de niños comiendo algodón de azúcar y corriendo, bajo el sol abrasador de la siesta, con sus padres gordos y mal vestidos que toman coca cola caliente sentados en un banco.
3. Tu propia habitación en penumbras, con las ventanas cerradas y el sol entrando tímidamente, repleta de humo de cigarrillo y olor a encierro.
4. Amigos de la secundaria interesados en recordar “aquella vez que el Pecoso Petorutti armó esa torre de mesas en cuarto año, ¿te acordás?”.
5. Cantautores de cualquier tipo. Incluso los optimistas, porque solo te recuerdan lo buena que podría ser la vida.
6. Eventos raros de domingo a la noche a los que uno asiste pensando que se va a encontrar con todos sus amigos y, al llegar, descubre que TODOS decidieron quedarse en sus casas. A lo que sigue media hora de sentarse solo o intentar entablar conversación con aquel flaco que conociste una vez, en esa fiesta en la que estabas tan pasado que probablemente también conociste al fantasma de Kennedy.
7. Películas en las que el amor triunfa al final.
8. Encuentros fugaces con exes en la calle que se reducen a “holas” de voz temblorosa, abrazos pusilánimes y besos mal dados.
9. Cualquier tipo de terminal de transporte, con su arquitectura funcional y vacía, sus voces de señoritas espectrales saliendo de los altavoces y su aire acondicionado perpetuamente encendido.
10. Caminatas por barrios de calles desiertas, ya que todo el mundo esta en casa viendo el partido y comiendo asado, con el viento alborotando tu campera y el cielo encapotado.
Bonus Track:
11. Aquellas parejas que están juntas hace tanto tiempo que uno ya ve la muerte detrás de sus ojos.

sábado, 8 de diciembre de 2007

A Cat Is A Cat Is A Cat.



Los gatos siempre fueron importantes. Al principio fueron una casualidad que se transformó en elemento fundamental. Hasta ese momento yo no había tenido conciencia de que me gustasen tanto. O de que esa preferencia formase una parte tan importante de mi personalidad. Quizás solo hacía falta la confirmación espejada, como tantas veces.
Lo primero que recuerdo es fantasear con departamentos con gatos, libros y música. Hasta el día de hoy no tengo un departamento, aunque si gatos, libros y música. Muchas personas han acariciado a mis gatos (a pesar de su tendencia a esconderse), mis libros han sido prestados, mis discos casi no me importan, pueden ser regalados a todo el mundo.
Luego recuerdo quejas por no tener gatos, la falta de una bola de pelos que te deje heridas minúsculas, poco dignas de un héroe de leyenda, y que se dedique a ocupar el lugar más incómodo de la cama. Recuerdo el compartir felinos cual píldoras de la felicidad. Recuerdo el antiguo saco de huesos de mi gata más vieja y más querida, durmiendo entre las piernas, una dulce incomodidad blanca, negra y gris.
Luego recuerdo su muerte, mientras yo viajaba en búsqueda de algo mas importante que se balanceaba en la punta de una guadaña. En su momento me pareció natural y justo, 16 años era mucho tiempo cazando cucarachas, pájaros y pequeñas frutillas de plástico. Ahora recuerdo su compañía mientras estudiaba con la mente a 1300 kmts y pienso que entendía todo y ella también pensaba en su viaje simétrico.
Los recuerdos más frescos se imprimen en la mente como revelaciones escritas con fuego en medio del desierto. Un gato siamés, pequeño, escuálido, encantador. No suelen gustarme los gatos demasiado flacos, pero a ella la quise y aprendí a amar su manera perceptiva y elusiva de dar cariño (aunque todos los gatos son perceptivos y elusivos, infinitamente misteriosos, ella parecía tener una antena y una sirena en su cabeza, consolandonos con sus patas acolchadas.)
El más reciente es delicado, sutil y silencioso. Una cama sorprendentemente cómoda y la conciencia constante de que hay un animalejo precioso, que recién aprende a moverse por el mundo y al que no debo aplastar bajo ninguna circunstancia. Y, a pesar de ello, una noche de enorme paz y descanso, en la que el evanescente felino permitió abrazos y protección de mi cuerpo-radiador, nervioso con la fuerza de un millón de soles.

(La foto pertenece a Pablo Masino, fotógrafo extraordinario).